El fallecimiento del joven Samuel Sampedro, de apenas 18 años, mientras cumplía el Servicio Militar Obligatorio en el Combinado del Este, en La Habana, ha desatado una nueva ola de indignación en Cuba y entre las familias que denuncian el silencio y la falta de transparencia del régimen ante muertes bajo custodia militar.
Fuentes familiares confirmaron el fallecimiento de Sampedro a Martí Noticias, pero evitaron hacer comentarios debido a lo delicado del momento.
Las autoridades no han ofrecido una versión oficial sobre las circunstancias de la muerte del joven, aunque reportes en redes sociales apuntan a que habría dejado una carta antes de morir, lo que sugiere un posible suicidio.
Un patrón de tragedias en el Servicio Militar cubano
La muerte de Samuel Sampedro no es un hecho aislado.
En lo que va de 2025, al menos 13 jóvenes han perdido la vida mientras cumplían el Servicio Militar en distintas provincias de Cuba, según reportes independientes y denuncias de familiares.
Las causas, en muchos casos, van desde accidentes y negligencias médicas hasta abusos y presuntos suicidios. Detrás de cada historia hay una constante: la falta de transparencia del Estado cubano y la ausencia de acompañamiento a las familias afectadas.
En las últimas semanas se han sucedido varias denuncias que ilustran el creciente malestar social. En Guantánamo, un soldado de la Brigada de la Frontera sufrió graves lesiones mientras cumplía sus funciones. Una madre cubana exigió justicia por su hijo fallecido en circunstancias aún no esclarecidas, reclamando información a las autoridades sin obtener respuesta. Otro padre denunció que su hijo perdió la visión de un ojo bajo custodia militar, sin que se haya investigado el hecho ni ofrecido un parte médico oficial.
Estos casos, junto con el de Sampedro, evidencian un patrón de opacidad institucional y abuso de poder dentro de las Fuerzas Armadas cubanas, donde los reclutas —en su mayoría adolescentes recién egresados de la secundaria— son sometidos a condiciones que ponen en riesgo su salud física y mental.
Un sistema que repite errores
Mientras las familias claman por explicaciones, los medios oficiales guardan silencio. El régimen se limita a presentar el Servicio Militar Obligatorio como una “escuela de valores y patriotismo”, ignorando las denuncias de maltrato, negligencia y violaciones de derechos humanos que se acumulan año tras año.
Las tragedias dentro de las unidades militares cubanas no son nuevas.
En 2023, la explosión en un almacén del Ejército en Mayabeque provocó la muerte de varios jóvenes reclutas. En 2024, otro caso similar sacudió Artemisa, cuando un soldado murió tras semanas de enfermedad sin atención médica adecuada.
Ninguno de estos hechos fue reconocido públicamente por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR). Las investigaciones, si existen, permanecen selladas bajo secreto militar.
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